miércoles, 24 de marzo de 2010

Axis Mundi

Las Ciudades Invisibles

LUZ INTELECTUAL Y LA ILUSTRACION

Las ciudades invisibles en nuestra arquitectura



El escritor Ítalo Calvino nos presenta en su libro Las Ciudades Invisibles a Kublai Khan quien le pregunta a Marco Polo sobre las ciudades que conoce, y el viajero italiano le responde describiendo las ciudades que dice recordar para cumplir con el favor que le pide el emperador. Este sencillo esquema es del que parte Ítalo Calvino para escribir su libro. Marco Polo como narrador y el emperador de los tártaros Kublai Khan como narratorio. Las ciudades invisibles consta de 11 series de 5 textos cada una: Las ciudades y la memoria, Las ciudades y el deseo, Las ciudades y los signos, etc. En total son 55 ciudades imaginarias a las que Ítalo Calvino da nombre de mujer.

Las ciudades descritas por el autor no son simplemente sitios, sino usualmente lugares que pueden servir como metáforas o reflexiones sobre lo que significa habitar y lo que por ende relaciona una Ciudad y sus habitantes.
Calvino muestra un interés en las ciudades como una gran metáfora de la creación e interpretación de los humanos en ellas. Las ciudades, con sus sistemas arquitectónicos, sociales e ideológicos entrecruzados, son lo que los hombres se hacen a sí mismos, su manifestación. Es por esta razón que se podría afirmar que una vez que se conocen las reglas de una ciudad es fácil de imaginarla.
El libro tiene un aspecto de sueño hecho realidad, algo arquetípico, con ciudades imaginarias que el autor nos presenta con mujeres desnudas bañándose en estanques, cadáveres de suicidas en el fondo de pozos con algas, cúpulas, escaleras de caracol, y un montón de imágenes, que tal vez deberían repetirse menos de ciudad en ciudad para hacer a cada una más reconocible.

Para crear una relación de las ciudades citadas por el autor con obras tanto históricas como arquitectónicas realizadas se podría hacer mención de lugares misteriosos que despiertan nuestro interés acerca de su uso en el pasado, como es el caso de Derinkuyu donde a partir de un “agujero profundo” se encerraba una ciudad construida íntegramente bajo tierra. Y no en una sola planta, como se podría pensar. Las galerías y pasadizos se adentran cada vez más en las profundidades de la Tierra. Además de viviendas, almacenes, bodegas y comercios se descubrieron unas grandes salas en las que se cree que se impartían clases. La ciudad cuenta con una iglesia subterránea de 65 metros de largo y distintos espacios destinados muy probablemente a establos. En total, la ciudad subterránea ocupa una superficie de unos 4 km2. Hasta ahora han sido descubiertas 13 plantas, y se supone que existen aún más. La planta inferior actual está situada a una profundidad de 85 metros. Se calcula que el recinto podía albergar cómodamente a más de 20.000 personas. Una vez descrita esta curiosa obra realizada por nuestros ancestros indudablemente se podría relacionar esta ciudad con la ciudad mencionada por Calvino llamada Argia a la cual describe con características como que en vez de aire tiene tierra, la tierra cubre completamente las calles, las habitaciones están llenas de arcilla hasta el cielo raso, sobre las escaleras se apoya otra escalera en negativo, encima de los techos de las casas pesan estratos de terreno rocoso como cielos con nubes.





Otra relación marcada de la cual se podría hacer mención en la gran fascinación que tenia Ítalo Calvino, por las ciudades subterráneas, como lo es “Eusapia”, donde los habitantes han construido una copia idéntica de su ciudad bajo tierra con PATH, en Toronto, el cual se convirtió en el mayor centro comercial bajo tierra del mundo. Posee 371.600 metros cuadrados, 27 kilómetros de pasajes y 1.200 tiendas.



Como último ejemplo está la “Ciudad del cielo de Tokyo” que alcanzaría una altura de 1000 metros. Compuesto por modulos independientes de unas diez plantas de altura (56 metros). Cada 10 alturas el edificio tendría plantas huecas, en las que se situarían parques y jardines Se trata de un nuevo tipo de ciudad media (en torno a 150.000 usuarios, 35.000 habitantes, 100.000 trabajadores más visitantes de las oficinas, centros comerciales, dotaciones, etc) que ofrecería un modelo de desarrollo urbano en un medio ambiente natural, aunque “artificializado”. El edifico anteriormente descrito se vería directamente relacionado con la ciudad de Ítalo Calvino llamada Bersabea la cual se encuentra suspendida en el cielo, Calvino menciona que si la Bersabea terrena toma como modelo la celeste, llegará a ser una sola cosa con ella…”



Tomando lo que es una ciudad en sí, y su esencia en relación con lo planteado por Ítalo Calvino en su obra, se podría hacer mención del reconocido arquitecto Renzo Piano, quien hace mención de su concepto acerca de la Ciudad en la responsabilidad del arquitecto Conversación con Renzo Cassigoli, en la cual afirma que "… la Ciudad es una estupenda emoción humana. La ciudad es una invención; es más, ¡es la invención del hombre! La ciudad no es algo virtual, sino físico, porque está llena de humanidad. La ciudad es un continuo devenir …”
Es así como dicho arquitecto se enfrentó al reto de reestructurar en puerto de Génova, y tuvo que buscar una solución para crear una relación la cual fuese armoniosa entre una estructura estable y consolidada en el tiempo y una estructura flexible y en constante cambio, como lo es un puerto, donde los llegan y parten desde y hacia todo el mundo.
Si bien es cierto el arquitecto debe de tomar en cuenta que una ciudad no se construye de la noche a la mañana, sería como hacer un niño en nueve meses, ya que una ciudad como en el caso de Génova no se diseña, simplemente se construye ella sola. Los arquitectos deben de tomar en cuenta que una ciudad se encuentra llena de historias, y es vital escucharlas e interpretarlas antes de realizar algún cambio en ellas. La ciudad esta formada por un tejido que refleja y respeta cada una de estas historias



El gran escritor que fue Ítalo Calvino escribió bellísimas páginas en Las ciudades invisibles, dentro de las cuales escribió algo realmente importante: que incluso las ciudades infelices tienen siempre un rincón feliz que te gusta. El arquitecto Renzo Piano nos invita a nosotros como arquitectos a perseguir este rincón feliz de la ciudad y convertir una obra arquitectónica en un lugar placentero para convivir.
Las ciudades son obras de la imaginación que no siguen un patrón establecido, ni siquiera tienen que seguir las leyes de física. Es por esto que los arquitectos deben hacer uso de su imaginación y salir de lo convencional, tomar libros como el de Las Ciudades Invisibles y dejar de verlo como ciudades utópicas, sino ver más allá y utilizarlo como fuente de inspiración. Como fue citado anteriormente, las ciudades de Ítalo Calvino pueden ser fantasiosas, pero fantasiosas en el buen sentido de la palabra, desde un punto de vista positivo, algo que en nuestro mundo no es normal o posible para muchos pero que para otros es la inspiración para poder innovar y seguir con el deseo de habitar esa ciudad perfecta.